miércoles, 10 de diciembre de 2008

Leyenda sobre la Flor de Pascua

poinsettia_close_up_small_file-277x338 Poinsettia Legend - Flor de Pascua.  Es una planta de Méjico y la leyenda procede de allí.
En atención a Pepi que me la ha enviado por correo en versión de Virgilio y Abril.

La que pongo a continuación, es la misma versión pero adaptada por mi a nuestro castellano. Quizás  no tenga el mismo encanto pero se entiende mejor. Dice así:

Hace siglos, en la noche de Nochebuena, Pepita estaba alegre porque iría a la iglesia a celebrar el nacimiento de Jesús. Estaba inquieta, quería ponerse guapa para agradar al Niño Jesús en esta Noche maravillosa.
- ¡"Mamá,  Mamá"! - dijo Pepita llorando.
- "Qué es hija"? - la preguntó su madre .
- ¿" Me ves bien?
La madre vio a su hija con el vestido viejo y descolorido, demasiado pequeño para su talla , y los zapatos andrajosos con las suelas agujereadas. Su madre hizo un ademán  de acariciarla el pelo, la sonrió, y dijo:
-"Ven aquí chiquita, permíteme que te ayude”-
Y su madre cogió a Pepita y la ayudó a ponerse guapa para la ir a la Iglesia. Primero, la dio un suéter para que se lo pusiera sobre el pequeño vestido.
-"Esto la mantendrá calentita" - dijo su madre.
Luego la dio un par de viejas  – pero útiles para  el frio - botas de nieve que Pepita no quería llevar.
- "Mamá, son viejas," - dijo Pepita .
- "Pero querida, te ayudarán a andar por la nieve hasta la Iglesia - la contestó su madre.
- "Bien… Bueno ma," dijo Pepita.
Su madre la recogió el pelo hacia atrás dejando sus pequeños rizos ordenados, que botaron cuando, al darla un empujoncito, ella empezó a andar.
- ¡"Mamá! ¡estoy maravillosa! ¡Muchas Gracias "! - exclamó Pepita.
- "¡Estás hecha un primor, ya te puedes ir"! - dijo su madre.
Pepita salió de casa y anduvo los tres bloques hasta la diminuta Iglesia blanca de la esquina. ¡A mitad del camino se dio cuenta de que no llevaba ningún regalo para el Niño Jesús!
- ¡"Ay de mi!, no tengo ningún presente para darle…" -  sollozó.
Detrás de ella iba Pablo, su mejor amigo, que al ver su llanto, se paró y la preguntó:
- "¿Qué te pasa Pepi ?", "¿Todo está bien?". -
- "No tengo ningún presente para Jesus"! - dijo ella llorando.
- "Bien… mira allí, podemos tomar eso como regalo" contestó Pablo.
Los ojos de Pepita miraron a donde Pablo decía y dibujó una pequeña sonrisa. Lo que estaba viendo, eran unas plantas descoloridas, que en su día fueron vigorosas de intenso color verde oscuro con sus primeras flores de blanco algodón, pero a Pepita, le pareció el mas bonito y maravilloso presente para dar al Niño.
Así que, Pepita y Pablo, reunieron las plantas agonizantes y las llevaron a la Iglesia. ¡Cuando colocaron las plantas sobre el altar, sucedió algo asombroso!. Las plantas se transformaron milagrosamente en flores rojas. Los pétalos fueron arreglados en forma de estrella sobre   tallos y hojas verdes brillantes. Eran las flores mas bonitas y hermosas de toda Iglesia. ¡Todos los que allí estaban esa noche, presenciaron un verdadero Milagro de Navidad!, y fue el  inmenso amor que Pepita tenía al Niño Jesús, lo que hizo que este milagro sucediera.

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