miércoles, 3 de diciembre de 2008

El trastero de mi memoria - 5

Posteriormente la tía Cele entró a servir en casa de Concha "la gancha". Debían tener la misma edad o llevarse poco; las recuerdo a las dos, mayores y vestidas de negro; Concha había enviudado hacía pocos años y mi tía tenía luto por su hermano Jacinto, que murió en esa casa. Yo tengo vagos recuerdos de aquello, pero de lo que si me acuerdo, es que íbamos a ver al tío Jacinto y que hablaban con mucho secreto de lo que le pasaba, porque lo que fuera, lo tenía en "sus partes"; luego he sabido que murió de un cáncer de próstata. También se me ha quedado la imagen de la escalera por donde se subía a su habitación, porque la barandilla remataba con una bola de cristal grande, como tallada, en color ámbar rojizo , que me gustaba mucho mirar y tocar.

Concha "la gancha", era una de las mas ricas del pueblo, su casa estaba en la plaza, haciendo esquina con la calle que va a la glorieta. Era una solterona hasta que se casó, ya de mayor, con un gallego que se llamaba Albino; dicen las malas lenguas que por el dinero. Lo cierto es que el hombre la hizo feliz, la trataba con cariño y la colmaba de atenciones, aunque no la quisiera.

Albino era muy amigo de Prici, Prisciliano Caro, también de muy buena familia, sobrino de "las fernandas", otras dos solteronas con dinero. En mi pueblo esto de tener dinero y ser mujer no parece que fuera una buena combinación como podéis ver. Y en lo referente a ser de buena familia, como en la mayoría de los pueblos, a veces se valora mas a la gente por lo que tiene, que por lo que es. A lo que iba; Prici tenía cuatro hijos de corta edad fruto de su matrimonio con Mariana, una mujer muy guapa y buena moza, y según decía toda la gente, una santa.

Prici y Albino se iban de caza juntos y tenían muy buena relación, pero no se que les pudo pasar: si es que Albino iba demasiado por la casa de Prici, o le hacía comentarios de Mariana, o simplemente fue porque era muy celoso; el caso es, que un buen día Prici cogió su escopeta y se fue de caza, pero esta vez, primero cazó a Albino en la calle matándole de un tiro, y después se fue a por su mujer a su casa y la disparó sin importarle que se cayera el niño que tenía en los brazos. Yo debía tener entonces la edad del hijo mas pequeño, pero mis hermanas se acuerdan perfectamente, porque el pueblo quedó conmocionado con la noticia. Parece ser que los celos eran infundados, por lo menos en lo referente a su mujer. Albino era mas joven que Concha, pero casi un viejo comparado con Mariana, y no se si tendría algún sentimiento hacía ella, pero que se sepa, entre los dos no hubo nada. A Prici le metieron en la cárcel y estuvo muchos años en ella; los hijos también se fueron del pueblo y nunca mas he vuelto a saber de ellos. Fuensalida Palacio 01La última noticia la tuve el otro día en el entierro de mi tío, donde comentaban que Prici había heredado una parte de la casa, propiedad de sus tías "las fernandas", situada en el ala izquierda del palacio de la glorieta. Lo que no se, es si vive todavía.

El último crimen muy sonado que cometió uno de mi pueblo, fue aquel que mató a su cirujano plástico y a su enfermera, porque no había quedado satisfecho con la rinoplastia que le habían hecho. Según, este chico fue varias veces a dar quejas al médico por el resultado de la operación y este no le hacía caso, o al menos, no el caso que el quería. Se conoce que empezó a darle vueltas y, entre lo acomplejado que estaba con la nariz, lo introvertido que era, o vete a saber si no tenia alguna paranoia; se le metió en la cabeza que se estaban riendo de el y, ni corto ni perezoso, se fue a por ellos con una escopeta. Después salió huyendo con su coche a toda velocidad y se estampó, muriendo en el accidente. Yo conocía al cirujano, el Dr Vazquez Añón, que era jefe del Servicio de Cirugía Plástica del Hospital de Cruz Roja de Madrid, donde yo trabajaba. Cuando pasé por quirófano siendo alumna de 3º de ATS, ayudé varias veces en operaciones suyas. No le traté personalmente, pero la impresión que daba era de ser muy engreído, y muy tonto. ¡¡Con esto no quiero decir que se mereciera lo que le hizo!!.

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