miércoles, 12 de noviembre de 2008

El trastero de mi memoria -2

Mis hermanas nacieron en la casa de mi abuela Mª Paz, porque mis padres se quedaron a vivir allí después de casados, como también lo hizo mi tía Alejandra cuando se casó un año después.

Me contaba mi hermana Artemia que los abuelos de mi madre, padres de mi abuela Mª Paz, marchaban bien, tenían bastantes viñas y tierras, dos pares de mulas, que en esos tiempos no los tenía cualquiera, y además, dos bodegas. Después de enviudar mi bisabuela Petra, las cosas fueron peor, pero aún así, mi abuela heredó viñas y una casa grandísima, con un corral mas grande todavía donde estaban las bodegas, el pozo y una cueva que era muy larga, seguro que tenía mas de veinte metros de recorrido por debajo del corral, y terminaba con un respiradero que parecía un pozo. La casa después de que se fueran mis padres, se dividió en dos y se vendió la parte derecha. Se hizo una pared separando los corrales a la larga dejando el pozo entre los dos para ser compartido, y las bodegas quedaron una a cada lado.

Durante la guerra metieron en la cueva colchones y víveres y la usaron como refugio para la familia y conocidos. Afortunadamente en mi pueblo la guerra solo duró tres meses. Las cuevas normalmente servían de almacén para los alimentos, porque la temperatura era muy fresca y se conservaban muy bien, eran lo mas parecido a una nevera. Yo entré a verla una vez, pero no volví a bajar porque me daba mucho miedo.

De alguna forma mis padres fueron marginados por sus familias. Mi madre tenía hipermetropía desde niña, y la pobre lo pasó fatal toda su infancia y su juventud porque no se pudo poner gafas hasta después de casarse. Para remate, de jovencita la hicieron entrar de aprendiza en una sastrería para que aprendiera a coser, cosa que fue imposible, porque mi madre no veía ni por donde metía la aguja. Mi abuela no podía entender que no viera lo que estaba a un palmo, cuando veía, con toda claridad, lo que estaba a un montón de metros, y se enfadaba con ella porque creía que lo hacía para escabullirse del trabajo.

- Pero madre, si es que no veo. -

- ¡¿Como no vas a ver con esos ojos que tienes?!, ¡¡lo que pasa es que eres una gandula!!.- y la reprochaban que no hiciera bien las cosas.


1 comentario:

  1. Interesante como siempre Sigo de cerca tus recuerdos o lo que te han contado.

    ResponderEliminar